Por Diego Mantilla
A finales de la década de los 60, la empresa minera Bougainville Copper Limited (BCL) empezó a abrir una mina de cobre a cielo abierto llamada Panguna en la Isla de Bougainville en el Océano Pacífico. La principal accionista de BCL era la gigante minera anglo-australiana Rio Tinto (una de las empresas que quiso abrir la mina de Junín en la Zona de Intag).
BCL obligó a los habitantes locales quienes vivían cerca de Panguna a abandonar sus tierras y los reubicó en campamentos. La mina comenzó a producir cobre en 1972 y durante los siguientes 16 años extrajo 3 millones de toneladas de cobre, el cual fue principalmente exportado al Japón y a Europa.
El ejemplo de Panguna demuestra en síntesis los males de la minería a gran escala. Primero, BCL no tuvo el menor respeto por los habitantes locales, simplemente los desplazó. Segundo, BCL no tuvo respeto por el medio ambiente y contaminó las aguas río abajo de la mina.
Después de más de una década de daños sociales y ambientales, los habitantes locales se organizaron y demandaron que BCL pagara reparaciones económicas. La empresa no les puso atención.
Uno de los trabajadores de la mina, Francis Ona (en la foto de arriba junto a la fosa abierta de Panguna) entró a la bodega de la empresa, robó dinamita y destruyó las torres de transmisión de energía eléctrica, dejando paralizada a la mina en 1989.
BCL convenció al gobierno de Papua Nueva Guinea (el que tenía soberanía sobre la Isla de Bougainville) de que invada la isla. En respuesta, Ona organizó el Ejército Revolucionario de Bougainville (BRA por sus siglas en inglés), declaró independencia de Papua Nueva Guinea y armó un pequeño batallón con más o menos 300 armas.
Ona derrotó a las fuerzas del gobierno de Papua Nueva Guinea. Estas recurrieron a las fuerzas armadas australianas, las cuales brindaron armas y asesoría, incluyendo helicópteros Huey piloteados por australianos. Pero Ona y el BRA no pudieron ser derrotados. Finalmente, Papua Nueva Guinea declaró un bloqueo total de la isla, impidiendo que entren hasta los artículos básicos como comida y medicina, lo cual afectó cruelmente a la población civil, causando muchas muertes por el hambre y las enfermedades.
La respuesta del BRA fue ser autosuficientes: canibalizaron los equipos y materiales de la mina y construyeron pequeñas plantas hidroeléctricas, sembraron lo suficiente para no tener que depender de la comida importada e inclusive rehabilitaron algunos de los vehículos de la mina, propulsándolos con biodiesel hecho a base de aceite de coco (documentado en la película Coconut Revolution). A pesar de mucho sufrimiento, la gente de la Isla de Bougainville no se dejó vencer.
Eventualmente, Papua Nueva Guinea no tuvo más remedio que negociar. Al momento la mina de Panguna sigue cerrada.
La mina de Panguna muestra lo que la minería a gran escala produce en el terreno: marginalización de la población local y destrucción de la naturaleza (el daño ecológico a la Isla de Bougainville puede ser visto desde el espacio). Así mismo, el ejemplo de Panguna muestra quienes se enriquecieron de le extracción del cobre. De 1972 a 1988, BCL entregó a sus accionistas mil millones de dólares.
Aún queda mucho cobre en Panguna, y por eso hoy BCL espera entrar de nuevo en la Isla de Bougainville. Sus accionistas incluyen no solo a Rio Tinto, sino también al gran banco Citigroup y al banco australiano ANZ, según el informe de BCL del 2007.
El ejemplo de Panguna muestra que el capital no tiene ningún remordimiento al destruir el modo de vida tradicional de una gente indefensa y al destruir irremediablemente la naturaleza.
Como este ejemplo hay muchos. Quienes proponen a la minería a cielo abierto como una panacea para los problemas del Ecuador o son profundamente deshonestos o se encuentran muy mal informados.